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Tijuanerías

Los Trillizos Torres Pacheco nos muestran una Tijuana vista a través de una mirada que se antoja inocente en una serie de piezas pictóricas, cuyo elemento recurrente es el burro-cebra, el cual representa la fusión de los Trillizos en un solo personaje a quien podemos ver en diferentes situaciones en su paso por esta ciudad.


Si bien algunos tijuanólogos consideran al burro-cebra una especie de artificio fronterizo creado con la intención de mostrar a los turistas una mexicanidad que necesitan constatar, los Trillizos proponen a este personaje como un explorador urbano en Tijuana. En esta muestra el burro-cebra ahora se convierte en un personaje no solamente creado para los turistas si no en un mero tijuanense, de los de a pie.


El burro-cebra supone aspirar a crear un ambiente de la identidadmexicana al sur y centro del país, a la que el fronterizo-norteño mira con desconfianza y casi ajenidad.
Heriberto Yépez, “Tijuanologías” (1999-2006), Tijuana, Baja California.


1999, año en que los Trillizos Torres Pacheco llegan a vivir a la ciudad de Tijuana a los 3 años de edad y entonces comienza su travesía. Esta serie nos cuenta lo que es ser un Tijuanense por adopción, un burro-cebra no nativo que a través de los años ha ido descubriendo y adaptándose a la ciudad.


En la pieza “Sabor a Tijuana” podemos ver un burro-cebra saliendo de un cono de nieve, con cierta timidez, pero también con curiosidad. El cono de nieve tiene grabado el arco monumental de la calle Segunda en la zona norte de esta ciudad. Podríamos decir que es un burrito-cebra que se dispone a descubrir la zona y quienes somos de Tijuana o la hemos visitado a fondo sabemos que este burrito-cebra se va a enfrentar a diferentes situaciones tanto agradables como muy crudas.


Al parecer este burrito-cebra, en su recorrido por Tijuana, fue madurando y podemos ahora verlo sentado en el muro fronterizo, entre Tijuana y San Diego, California. Está en una posición cómoda; de acuerdo con los Trillizos el espectador debe decidir si el personaje está mirando hacia Tijuana o hacia “el otro lado”. Sin embargo, no se nota ninguna preocupación en el personaje, parece relajado como si estuviera seguro que nadie lo persigue, nadie lo busca, no tiene que esconderse, no lo persigue la migra.


Finalmente podemos ver a un burro-cebra en una pieza de 2.45 metros de alto, “El Tijuano”. Un personaje imponente que sostiene entre sus dedos unas cuerdas de las cuales están suspendidas 8 bolas que encierran monumentos, íconos y edificios representativos de esta ciudad. Me atrevería a asegurar que este burro-cebra está consciente de su importancia en esta frontera; tiene a Tijuana suspendida entre sus dedos y no duda en mostrarnos su espectáculo como orgulloso de lo que ha logrado en
su recorrido por aquí.


Rob G. Galindo

Octubre 2021

© 2024 Trillizos Torres Pacheco -- Artistas visuales

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